Tejido: algo más de lo que se aprecia a simple vista…

Qué hace que un parapente sea estupendo y por qué el Skytex 32 era el eslabón perdido que andábamos buscando.

Probablemente la fabricación de un parapente implique algo más de lo que se aprecia a simple vista. Nuestra industria ha visto a lo largo de los años cómo llegaban y desaparecían muchos fabricantes diferentes. Hay, sin embargo, un jugador que ha venido trabajando codo a codo con sus clientes clave para mejorar su producto: Porcher Sport. Porcher ha escuchado las peticiones de los diseñadores y se ha esforzado para producir un material que ahora es extremadamente ligero y resistente. Nuestro propio diseñador, Alexandre Paux, ha contribuido de manera sustancial en la filosofía de diseño que subyace tras el Skytex 32, y Sky Paragliders ha formado parte del proceso de pruebas llevado a cabo para traer este nuevo tejido a las manos de todos los pilotos.

Echemos un vistazo a las consideraciones y procesos que hay tras este tipo de desarrollos.

La evolución de los tejidos

Los primeros parapentes se confeccionaban con tejido de paracaídas o del empleado para las velas spinnaker de los barcos, puesto que entonces no había disponible material especial para ellos. Una de las compañías implicada en ambos deportes era la francesa Porcher Sport, que rápidamente comenzó a desarrollar tejidos con las propiedades que requería nuestro deporte: un tejido spinnaker modificado, con un nuevo recubrimiento blando que daba pesos de entre 45 y 59 g/m2. Muchos fabricantes que hicieron parapentes de la primera generación hace ya tiempo que cerraron, pero Porcher sigue ahí y creciendo. Y el desarrollo continúa.

Progresos en el mundo de los tejidos

Los desarrollos en hilos, así como en telares, permitieron el desarrollo de tejidos nuevos y ligeros que dieron como resultado unas tramas aún más densas. Eso mejora la estabilidad del tejido, así como su capacidad para formar cuerpo de modo permanente con el recubrimiento que se dé.

Desarrollo químico

Los recubrimientos también mejoraron con los años y hoy en día pueden aplicarse a capas finísimas. La eficiencia de los recubrimientos y de la protección del tejido han mejorado, mientras que el peso se ha reducido. Apenas de 5 a 7 gramos de recubrimiento cubren por completo un metro cuadrado de tejido. Distintos recubrimientos, por una o por ambas caras, aplicados al mismo tejido, dan como resultado materiales con propiedades muy diferentes, pues los requisitos que tiene el extradós difieren enormemente de los de los perfiles y las costilla secundarias.

Porcher 32, la mezcla inteligente

Existe el ligero Skytex 27 Evolution, de fino hilo de 20D, y un Skytex 38, más grueso, de hilo de 30D. Ambos tejidos tienen tramas y urdimbres del mismo diámetro. Pero las tensiones a las que se ven sometidas los tejidos en vuelo no es simétrica: en el sentido longitudinal, es decir, en el de la envergadura, se precisa más resistencia.

Esto condujo al desarrollo del Skytex Porcher 32, que una hilo de 30D en la trama e hilo de 20D en la urdimbre. El resultado es un tejido con la resistencia estructural de un material más pesado, pero con un ahorro de peso considerable.

Vida útil de la vela

Como un piloto normal vuela entre 30 y 50 horas al año, un material «eterno» no tendría mucho sentido práctico, mientras que un tejido más ligero influye mucho en el comportamiento de la vela en el despegue, en vuelo y en caso de plegadas, pero también a la hora de recoger, cargar y guardar la vela. A pesar del empleo de materiales más ligeros, Porcher Sport habla de una vida útil de hasta 500 horas a un parapente cuidado de manera normal, mientras que un uso intensivo en escuelas o en biplazas puede reducir dicha vida hasta las 300 horas. Así, un piloto normal podría volar su vela monoplaza de 10 a 17 años…

¿Más ligero que 27g/m2?

¿Podía Porcher Sport bajar el peso del actual Skytex 27 Evolution? Daniel Constantini, portavoz de Porcher, nos responde así a esta pregunta: «Podríamos bajar a hilos de 10D o incluso 7D, pero dicho tejido sería realmente caro por varios motivos: porque se necesitan telares especiales y porque hay que tejer a velocidades más bajas, lo que reduce la producción. La consistencia y el control de calidad también serían críticos. Por eso, de momento nos centramos en otras cosas. Pero, quién sabe…»

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